“Tener un plan, incluso un mal plan, es mejor que no tener ningún plan.”
Como Product Manager, muy a menudo noto que las personas mezclan ideas y ejecución en las discusiones. Ambos conceptos tienen niveles de fidelidad completamente únicos respecto a lo que será el producto final. Es importante que los Product Managers conozcan la diferencia entre estos dos conceptos, cómo gestionarlos y qué importancia deberían tener en las diferentes etapas del ciclo de desarrollo de producto. No entender las diferencias entre una idea y una ejecución no es solo un pequeño inconveniente; es un obstáculo significativo para la innovación y la ejecución estratégica de productos y empresas.
Definiciones#
¿Qué es una Idea?#
Una idea es un concepto o una visión. Es la chispa inicial de creatividad que sugiere una nueva forma de hacer algo, resolver un punto de dolor del usuario, o abordar una necesidad. Las ideas son abundantes y pueden variar desde lo mundano hasta lo revolucionario. Sin embargo, las ideas por sí mismas son intangibles y tienen potencial en lugar de valor. Una idea bien definida debería enfocarse en describir qué problema se está resolviendo, quién lo tiene, y una visión inicial de cómo podría lucir la solución.
¿Qué es la Ejecución?#
La ejecución es el proceso de tomar una idea y convertirla en realidad. Involucra planificación, desarrollo e implementación. La ejecución es donde la estrategia, la habilidad y el esfuerzo entran en juego para transformar un concepto en un producto, servicio o resultado. A diferencia de las ideas, la ejecución es tangible, medible y, en última instancia, lo que entrega valor. Una ejecución bien planificada dividirá la idea/visión inicial en partes trabajables que pueden planificarse, probarse y medirse por resultados.
Problemas#
Normalmente, las personas tienden a separar lo anterior de forma muy simplista: las ideas son sobre qué y por qué, mientras que la ejecución es sobre cómo y cuándo. Esta visión es parte del problema. Ambos conceptos son, en última instancia, sobre algo que tiene diferentes niveles de fidelidad que lo definen a través del tiempo. A medida que un equipo progresa en el trabajo sobre una idea, el nivel de ambigüedad disminuye mientras la definición aumenta. Por ejemplo, una idea se convierte en un mockup, el mockup se convierte en un prototipo, ese prototipo se convierte en una app real corriendo en un dispositivo.
En segundo lugar, las personas también cometen el error de pensar que una idea tiene una ejecución, y típicamente la ejecución correcta vive en su cabeza. De hecho, una idea puede tener múltiples ejecuciones diferentes (con varias interesantes), y la misma ejecución puede lograrse mediante múltiples ideas diferentes. Entender este concepto es clave para navegar el proceso de desarrollo y la gestión de stakeholders.
Finalmente, las personas a menudo confunden la emoción y el entusiasmo por una idea con las practicidades y desafíos de ejecutarla. Esta confusión puede llevar a expectativas irrealistas, desalineación de objetivos y decepción hacia el final de un proyecto. Los stakeholders pueden enamorarse de la idea sin entender completamente la complejidad de su ejecución. Esta discrepancia puede llevar a frustración cuando la realidad del tiempo, costo y esfuerzo requeridos para realizar la idea se hace evidente. Al mismo tiempo, los stakeholders pueden no querer invertir en una idea porque no pueden ver la ejecución final.
¿Por qué importa?#
Mientras las ideas son la semilla, la ejecución es la luz solar, el agua y el suelo que permiten que la semilla crezca. Una idea promedio con excelente ejecución puede superar a una idea brillante con mala ejecución. Reconocer esto equilibra el enfoque en la idea y cómo se llevará a la vida, en lugar de solo en la idea misma.
Una diferenciación clara ayuda a gestionar el proceso de construcción con los stakeholders. Clarifica expectativas, alinea esfuerzos y se enfoca en los pasos prácticos necesarios para realizar una visión. Este enfoque fomenta una cultura de responsabilidad y pragmatismo. También ayuda a gestionar las expectativas de cuán definido debería estar algo en cada nivel. Ser capaz de entender cómo las personas reaccionan a estos conceptos también puede ayudar a facilitar la aceptación de los stakeholders al entender su punto de vista. Muy a menudo tienen un problema con la idea misma, la ejecución que estás proponiendo, o la ejecución que están imaginando (usualmente la más común).
Conclusión#
Mientras navegamos el complejo panorama del desarrollo de producto y la innovación, distinguir entre ideas y su ejecución se vuelve no solo beneficioso, sino esencial. Informa nuestras estrategias, alinea nuestros equipos y, en última instancia, determina nuestro éxito en el mercado. Al reconocer el valor de la ejecución y dedicar los recursos y el esfuerzo necesarios a ella, podemos transformar incluso las ideas más simples en realidades notables. Esta mentalidad es lo que separa a los soñadores de los hacedores, y en el mundo de los negocios, son los hacedores quienes muestran el camino.







